¿Acaso no llegó a ellos la noticia de quienes les precedieron: los pueblos de Noe, de Ad, de Tamud, el pueblo de Abraham y la gente de Madyan y de las ciudades que fueron vueltas del revés? Vinieron a ellos sus Mensajeros con las pruebas claras. No fue Dios quien les oprimió sino que fueron ellos mismos quienes se oprimieron.