Abandona a quienes toman sus creencias a juego y distracción y han sido seducidos por la vida de este mundo. Y amonéstales con él. ¡Que cada alma se proteja de lo que obtendrá por sus malas acciones! Pues no tendrá, aparte de Dios, protector ni intercesor y no le será aceptada ningún tipo de compensación. Esos son quienes sufrirán las consecuencias de lo que obtuvieron con sus malas acciones. Les aguarda una bebida de agua hirviendo y un castigo doloroso por haber ocultado la Verdad.