Y, por haber violado su pacto, les maldijimos y endurecimos sus corazones. Desvirtúan el significado de las palabras y olvidan parte de aquello a lo que, con ellas, se les llamaba la atención. No cesarás de descubrir la traición en ellos, exceptuando a unos pocos. Perdónales y discúlpales. En verdad, Dios ama a los virtuosos.