Nada habrá que reprochar al ciego, al cojo o al enfermo [por no participar en una guerra por la causa de Dios]; y a quien obedezca a [la llamada de] Dios y a Su Enviado [en hecho o de corazón], Él le hará entrar en jardines por los que corren arroyos; pera a quien dé la espalda [a Su llamamiento,] Él le infligirá un castigo doloroso.