¡Oh los que creéis! No os acerquéis a la oración estando ebrios hasta que sepáis lo que decís, ni si estáis impuros, hasta que os hayáis lavado, excepto si estáis de viaje. Y si estáis enfermos o de viaje o uno de vosotros viene de hacer sus necesidades, o tuvisteis contacto con mujeres y no encontráis agua, purificaos con tierra pura, pa sándola por vuestro rostro y vuestras manos. Ciertamente, Dios es indulgente, perdonador.