Si no fuera por el favor y la misericordia de Dios sobre ti, un grupo de ellos habría tratado de extraviarte, pero no se extravían más que a sí mismos. Y no pueden perjudicarte en nada. Dios ha hecho descender sobre ti la Escritura [Sagrada] y la Sabiduría y te ha enseñado lo que no sabías. El favor que Dios te hizo es inmenso.