Y a Sulayman (le subordinamos) el viento, que en una mañana hacía el recorrido de un mes y en una tarde el de otro. E hicimos que manara para él un manantial de cobre fundido. Y había genios que trabajaban para él con permiso de su Señor. Y a quien de ellos se apartara de Nuestro mandato le haríamos gustar el castigo del Sair.