Y aferraos a la cuerda de Dios todos juntos y no os dividáis. Y recordad la merced de Dios con vosotros cuando erais enemigos y Él unió vuestros corazones y os convertisteis, por Su merced, en hermanos y estabais al borde del abismo del Fuego y os salvo de él. Así es como Dios os explica claramente sus signos. Quizás así os guiéis