Y [recuerda] cuando hicimos un pacto con los Hijos de Israel: «Solamente adoraréis a Dios. Sed buenos con vuestros padres, con vuestros familiares, con los huérfanos y los necesitados. Hablad bien a las personas. Estableced la oración y cumplid con la limosna obligatoria.»1 Después, excepto unos pocos, os apartasteis e incumplisteis.2