Estos son los Mensajeros. A algunos de ellos les hemos favorecido sobre los otros. Dios habló a algunos de ellos y a otros les elevó en dignidad. Dimos a Jesús hijo de María las pruebas claras y le fortalecimos con el Espíritu Santo. Si Dios hubiera querido, sus seguidores no habrían peleado entre ellos después de haberles llegado las pruebas claras. Pero discreparon. Algunos de ellos creyeron y otros no creyeron. Aunque, si Dios hubiera querido, no habrían peleado entre ellos. Pero Dios hace lo que quiere.