En verdad, las limosnas son para los pobres y los necesitados, para los encargados de recaudarlas y para aquellos cuyos corazones se quiere atraer, para liberar esclavos, para los endeudados, para la causa de Dios y para el viajero. Es una disposición obligatoria procedente de Dios y Dios todo lo conoce, es sabio.