CIERTAMENTE, Dios ha comprado a los creyentes sus vidas y sus bienes, prometiéndoles a cambio el paraíso, [y así] luchan por la causa de Dios, matan y son matados: una promesa cierta que Él se ha impuesto en [las palabras de] la Tora, el Evangelio y el Qur’an. ¿Y quien puede ser más fiel a su promesa que Dios?Alegraos, pues, del trato que habéis hecho con Él: ¡pues este, precisamente, es el triunfo supremo!