Y, si Nosotros hubiésemos querido, le habríamos elevado mediante ellos, pero él se inclinó a lo terrenal y siguió a sus pasiones. Su ejemplo es como el del perro, que si le atacas jadea y si no le haces caso jadea. Así son quienes desmienten Nuestras señales. Cuéntales, pues, la historia, quizás así reflexionen.