¡Oh, creyentes! Volveos a Dios con un arrepentimiento sincero. Puede que vuestro Señor oculte vuestros malos actos y os haga entrar en Jardines de cuyas profundidades brotan los ríos, el día en que Dios no humillará al Profeta y a los que con él tienen fe. La luz de ellos se moverá ante ellos y a su derecha y ellos dirán: «¡Señor nuestro! ¡Completa nuestra luz y perdónanos! En verdad, Tú tienes poder sobre toda cosa.»