esto, porque una y otra vez vinieron a ellos sus enviados con las pruebas claras de la verdad, pero respondieron [siempre]: “¿Es que van a guiarnos simples mortales?” Negaron pues la verdad y [le] dieron la espalda. Pero Dios no tenía necesidad [de ellos]: pues Dios es autosuficiente, digno de continua alabanza.