¡OH VOSOTROS que habéis llegado a creer! ¡Ciertamente, algunos de vuestros cónyuges y de vuestros hijos son enemigos vuestros: guardaos, pues, de ellos! Pero si pasáis por alto [sus faltas], sois tolerantes, y perdonáis –entonces, ciertamente, Dios será indulgente, dispensador de gracia.