Ciertamente habéis venido a Nosotros, solos, como os creamos la primera vez, y habéis tenido que dejar atrás lo que os habíamos dado. Y no vemos con vosotros a vuestros intercesores, ésos que pretendíais que eran copartícipes (Míos) en vuestro favor. Vuestro vínculo se ha roto y os ha extraviado aquello que afirmabais.