[Así pues,] Oh vosotros que habéis llegado a creer, cuando celebréis conciliábulos secretos, no conspiréis entre vosotros con ánimo de pecar, o de desafiar y desobedecer al Enviado, sino reuniros para promover la virtud y la consciencia de Dios: y manteneos [siempre] conscientes de Dios, hacia quien todos seréis conducidos.