No encontrarás a nadie que crea [de verdad] en Dios y en el Último Día, que [al mismo tiempo] ame a quien se opone a Dios y a Su Enviado –aunque se trate de sus padres, sus hijos varones, sus hermanos o [demás] familiares suyos. Ésos –en sus corazones ha inscrito Él la fe, y les ha fortalecido con una inspiración venida de Él, y [en su momento] les hará entrar en jardines por los que corren arroyos, en los que morarán. Dios está complacido con ellos, y ellos están complacidos con Él. Esos forman el partido de Dios: ¡si, en verdad, son ellos, el partido de Dios, los que alcanzarán la felicidad!