¿Acaso no es ya tiempo de que los corazones de quienes tienen fe se humillen y teman ante el recuerdo de Dios y de lo que ha descendido de la Verdad y de que no sean como aquellos a quienes les fue entregada la Escritura anteriormente? El tiempo se cobró su impuesto sobre ellos y endureció sus corazones y muchos de ellos fueron transgresores.