Y sin embargo puedes ver como aquellos en cuyos corazones hay enfermedad compiten entre ellos por su simpatías diciéndose [a sí mismos]: “Tememos que la suerte nos sea adversa.” Pero pudiera ser que Dios dé éxito [a los creyentes] o algún [otro] asunto de Su designio, y entonces a esos [indecisos] les remorderá la conciencia por los pensamientos que secretamente albergaron dentro de sí --