Entonces, Dios envió un cuervo que se puso a escarbar en la tierra, para mostrarle como ocultar el cadáver de su hermano. [Y Caín] exclamó: “¡Pobre de mí! ¿Es que no voy a ser capaz de hacer lo que ha hecho este cuervo, y enterrar el cadáver de mi hermano?” --y le remordió la conciencia.