¡Oh, creyentes! ¡Que un pueblo no se burle de otro, no vayan a ser mejor que ellos! Ni una mujer de otra mujer, no vaya a ser mejor que ella. Y no os difaméis unos a otros ni os insultéis con motes. ¡Qué mal ser llamado «trasgresor» después de haber recibido la fe! ¡Y quienes no se arrepienten, esos son los opresores!