Y [ENTRE lo mejor de las acciones rectas que] hemos ordenado al hombre [está] el trato bondadoso a sus padres. Con dolor le llevó su madre, y con dolor le parió; y el embarazo y su total dependencia de ella duraron treinta meses. Y entonces, cuando alcanza la madurez y cumple cuarenta años, dice [el justo]: “¡Oh Sustentador mío! ¡Inspira en mí un agradecimiento continuo por esas bendiciones Tuyas con las que me has agraciado a mí y a mis padres, y para que obre rectamente [en una forma] que sea de Tu agrado; y concédeme rectitud en mi descendencia [también]. Realmente, a Ti me he vuelto en arrepentimiento: pues soy, realmente, de los que se han sometido a Ti!”