Por ello, predica a las gentes y mantente firme como te ha sido ordenado y no sigas sus pasiones y di: «Creo en lo que Dios ha hecho descender de la Escritura y se me ha ordenado que establezca la justicia entre vosotros. Dios es nuestro Señor y vuestro Señor. Nosotros responderemos por nuestros actos y vosotros por los vuestros. No hay preferencias entre nosotros y vosotros. Dios nos reunirá. Todo regresa a Él.»