¡OH VOSOTROS que habéis llegado a creer! Sed firmes en establecer la justicia, dando testimonio de la verdad por Dios, aunque sea en contra vuestra o de vuestros padres y parientes. Tanto si la persona es rica o pobre, el derecho de Dios está por encima de los [derechos] de ambos. No sigáis, pues, vuestros propios deseos, no sea que os apartéis de la justicia: porque si alteráis [la verdad], u os evadís, ¡ciertamente, Dios está bien informado de todo cuanto hacéis!