Y quien abandone el ámbito del mal por la causa de Dios hallará en la tierra muchos caminos de soledad, pero también abundante vida. Y al que deje su casa huyendo del mal hacia Dios y Su Enviado, y entonces le sorprenda la muerte --Dios le tiene preparada su recompensa: pues, ciertamente, Dios es indulgente, dispensador de gracia.