44وَخُذ بِيَدِكَ ضِغثًا فَاضرِب بِهِ وَلا تَحنَث ۗ إِنّا وَجَدناهُ صابِرًا ۚ نِعمَ العَبدُ ۖ إِنَّهُ أَوّابٌ «Toma un puñado de ramas y golpea con él y no rompas tu promesa.» En verdad encontramos que era paciente. ¡Qué bendición de siervo! ¡En verdad, él era un alma volcada a su Señor!