Y [un día,] cuando [el muchacho] era lo bastante mayor para ayudar [a su padre] en sus tareas, este dijo: “¡Oh mi querido hijo! ¡He visto en sueños que debía sacrificarte: considera, pues, como lo ves tú!”[Ismael] respondió: “¡Oh padre mío! ¡Haz lo que se te ordena: hallarás que soy, si Dios quiere, paciente en la adversidad!”