Y los oprimidos dirán a los arrogantes: «No. Fueron vuestras maquinaciones de noche y de día, ordenándonos que no creyésemos en Dios y que le atribuyésemos semejantes.» Cuando vean el castigo, ocultarán su remordimiento. Y pondremos argollas de hierro en los cuellos de quienes no creyeron. ¿Acaso se les retribuirá excepto por lo que hacían?