Pues [es así con la mayoría de la gente:] cuando les envuelven las olas como sombras [de muerte], invocan a Dios, sinceros [en ese momento] en su fe sólo en Él: pero tan pronto como Él los pone a salvo en tierra, algunos de ellos se quedan a mitad de camino [entre la fe y la incredulidad].Pero nadie puede rechazar a sabiendas Nuestros mensajes, salvo quien sea del todo pérfido, ingrato.