"¡Oh mi querido hijo," [prosiguió Luqmán,] "en verdad, aunque se trate de algo del peso de un grano de mostaza, y estuviera [oculto] dentro de una roca, o en los cielos, o en la tierra, Dios lo sacará a la luz: pues, ciertamente, Dios es inescrutable [en Su sabiduría], consciente de todo!