Su Señor la aceptó con buena acogida, hizo que se criara bien y la confió a Zakariyya. Cada vez que Zakariyya la visitaba en su lugar de oración, encontraba junto a ella provisión. Decía: ¡Maryam! ¿Cómo es que tienes esto? Decía ella: Esto procede de Allah, es cierto que Allah provee a quien quiere sin limitación.