Se le dijo: «¡Entra en el palacio!» Pero al verlo creyó que era un estanque de agua y descubrió sus piernas. Él dijo: «En verdad, es un palacio de cristal pulido.» Ella dijo: «¡Dios mío! En verdad, he oprimido mi alma y me someto, junto a Salomón, al Señor del Universo.»