Y, HE AHÍ, que aceptamos este solemne compromiso de [vosotros,] los hijos de Israel: “No adoraréis sino a Dios; haréis el bien a vuestros padres y parientes, a los huérfanos y a los pobres; hablaréis a la gente de buena manera; seréis constantes en la oración; y gastaréis en limosnas.” Y sin embargo, a excepción de unos pocos, os apartasteis: pues sois gente obstinada.