Y de cuando Moisés nos imploró agua para su pueblo, que le dijimos: "¡Golpea la roca con tu báculo!" Y, de pronto, brotaron de ella doce manantiales, y cada tribu reconoció el suyo. Entonces les dijimos: "Comed y bebed de la gracia de Dios y no encisméis en la tierra, corrompiéndola".