Si estuvierais en viaje y no encontrarais un escriba, dejaréis una prenda rescatable, y cuando bs confiéis reciprocamente, que quien haya recibido la fianza sepa que deberá restituirla, y que tema a Dios, su Señor. No os neguéis a prestar testimonio; pues, quien lo niega, sepa que su corazón será inhumano; porque. Dios sabe lo que hacéis.