En cambio, quienes lucran con la usura no podrán erguirse sino como aquel que fué baldado por Satanás; ello porque dicen que la usura es lo mismo que la atijara; cuando, Dios, consiente la atijara y veda la usura. Mas, quien haya recibido una exhortación de su Señor y se abstiene, será absuelto, y su suerte sólo dependerá de Dios. En cambio, quienes reincidan, serán los condenados del fuego en que se albergarán perpetuamente.