En cuanto a quienes, de vosotros, fallezcan y dejen esposas, asignarán a las viudas un legado para su sostenimiento durante un año, sin expulsarlas de sus casas. Pero, si ellas voluntariamente las abandonan, no seréis responsables de lo que ellas hagan decorosamente de sí mismas; porque, Dios es poderoso, prudente.