Sin embargo, entre los humanos hay quienes adoptan pariguales en vez de Dios, a los que profesan igual amor que a El; mientras los verdaderos creyentes sólo aman fervorosamente a Dios. ¡Ah, si los inicuos supieran presumir, cuando vean el castigo, que la potestad pertenece sólo a Dios y que Dios es severísimo en el castigo!