Doquiera te dirijas, orienta tu mirada hacia la santa Mezquita. Doquiera os halléis ¡oh, musulmanes!, dirigid vuestros rostros hacia ella, para que nadie, salvo los inicuos, tenga argumento para refutaros. No les temáis, temedme a mí, a fin de que yo os agracie con mis mercedes, a fin de que os iluminéis;