Pues los judíos nunca estarán complacidos contigo, ni tampoco los cristianos, mientras no sigas sus creencias. Di: “Ciertamente, la guía de Dios es la única guía verdadera.” Y, ciertamente, si siguieras sus erróneas opiniones, después de todo el conocimiento que te ha llegado, no tendrías quien te protegiera de Dios ni quien te auxiliara.