y [en su lugar] siguen lo que los malvados solían practicar durante el reinado de Salomón --pues no fue Salomón quien negó la verdad, sino que la negaron aquellos malvados que enseñaron a la gente la magia--; y [siguen] lo que fue revelado a través de los ángeles Harut y Marut en Babilonia --si bien, estos no enseñaban a nadie sin antes declarar: “¡Somos sólo una tentación al mal: no neguéis, pues, la verdad [de Dios]!” Y aprenden de esos dos a crear discordia entre un hombre y su esposa; y si bien no dañan con ello a nadie sin la venia de Dios, adquieren un conocimiento que sólo les perjudica y no les aporta beneficio --sabiendo bien que quien adquiere este [conocimiento] no tendrá parte en el bien de la Otra Vida. Pues, bajo es ese [arte] por el que se han vendido --¡si lo hubieran sabido!