Y se paciente con quienes invocan a su Señor mañana y tarde deseando Su rostro y no apartes tus ojos de ellos por deseo de los adornos de esta vida mundana y no obedezcas a quien Nosotros hemos hecho que esté desatento de Nuestro recuerdo, que sólo sigue sus pasiones y actúa de manera inmoderada.