Y siempre que os sobreviene el peligro en el mar, todos esos [poderes] a los que soléis invocar os abandonan, [y nada os queda] excepto Él: pero tan pronto como os pone a salvo en tierra firme, os apartáis [y os olvidáis de Él] --pues, ¡en verdad, el hombre es del todo desagradecido!