Y no quitéis la vida --que Dios ha declarado sagrada-- a ningún ser humano, excepto en [cumplimiento de la] justicia. Por eso, si alguien ha sido matado injustamente, hemos dado potestad al defensor de sus derechos [para exigir la justa retribución]; pero aun así, que no exceda los límites de la equidad al matar [en retribución]. [Y quien haya sido matado injustamente --] ¡ciertamente, cuenta en verdad con ayuda [de Dios]!