¡Oh Sustentador nuestro! ¡En verdad, he asentado a parte de mi descendencia en un valle sin tierras de cultivo, junto a Tu sagrado Templo, para que, Oh Sustentador nuestro, se consagren a la oración: haz, pues, que se inclinen hacia ellos los corazones de los hombres, y provéeles de frutos, para que [ésto] les mueva a ser agradecidos.