[Esta es, pues,] la parábola de quienes se obstinan en negar a su Sustentador: todas sus obras son como cenizas que el viento agita violentamente en un día de tormenta: [en la Otra Vida,] no pueden obtener beneficio alguno de [todo] lo que hayan hecho: pues este [rechazo de Dios] es el más profundo de los extravíos.