Dijeron: “¡Oh Shuaaib! ¿Acaso tu [forma de] adoración te ordena exigirnos que abandonemos aquello que nuestros antepasados solían adorar, o que dejemos de hacer con nuestras riquezas lo que nos plazca? ¡Ciertamente, [quieres hacernos creer que] sólo tú eres en verdad un hombre benigno y sensato!”