“¡Y, Oh pueblo mío, no os pido un beneficio por este [mensaje]: mi recompensa incumbe sólo a Dios. Y no voy a rechazar a [ninguno de] los que han llegado a creer. Ciertamente, ellos [saben que] están destinados a encontrarse con su Sustentador, mientras que en vosotros veo a una gente sin discriminación [entre el bien y el mal]!